¿Sabías que hoy, 19 de febrero, es el Día Mundial de las Ballenas? Esta fecha tan especial se formalizó en el año 1980 en Maui, Hawái, gracias a la iniciativa de Greg Kauffman, fundador de Pacific Whale Foundation. ¿Y sabes por qué es importante celebrarlo? Bueno, la idea es concienciar a las personas acerca de la importancia de estos majestuosos cetáceos y también dar a conocer aspectos de sus vidas que quizás no conocíamos. Además, es una oportunidad para reflexionar sobre las numerosas amenazas que enfrentan en la actualidad.
Ballena Azul
Hablando de ballenas, déjame contarte la fascinante historia de la ballena que alberga el Museo Nacional de Historia Natural de Chile. Desde su llegada a las costas de Valparaíso en 1889, este majestuoso espécimen ha desafiado constantemente las clasificaciones científicas.
Inicialmente, los expertos la catalogaron como una ballena azul, pero más tarde se pensó que era una ballena de aleta. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que en realidad pertenece a la especie Balaenoptera borealis (Ballena Sei). Este descubrimiento taxonómico surgió durante el proceso de desmontaje y renovación de su esqueleto, llevado a cabo entre noviembre de 2012 y agosto de 2013, ante los ojos del público en el salón central del museo.
Ballena Sei (CCC Chile)
Los estudios liderados por José Yañez, Gian Paolo Sanino y Jhoann Canto fueron clave en este proceso. Su análisis detallado de la mandíbula del esqueleto y otros criterios anatómicos llevaron a esta nueva clasificación. Aunque se han presentado nuevas evidencias sobre su identidad taxonómica, se reconoce que aún se necesitan diagnósticos moleculares y craneométricos para confirmar totalmente su especie.
Pero los hallazgos no se detuvieron allí. Durante la reubicación del esqueleto, se descubrió que su tamaño real era de 15,9 metros, en contraste con los 18,5 metros que se creía originalmente. Además, el equipo multidisciplinario encargado de su conservación y restauración reparó y limpió meticulosamente 57 vértebras de su columna vertebral, reemplazando piezas faltantes para asegurar su preservación por muchas más generaciones.
La trayectoria de esta ballena en el Museo Nacional de Historia Natural ha sido fascinante. Desde su llegada en tren desde Valparaíso hasta su exhibición en el salón central del museo, esta icónica figura ha cautivado a generaciones de visitantes. Incluso ha protagonizado controversias científicas, como la disputa sobre su identificación como una ballena azul o una ballena de aleta, que finalmente se ha resuelto con los descubrimientos más recientes.
Es importante destacar el papel de figuras clave como el biólogo Walter Sielfeld y el investigador José Yañez, cuyos trabajos han contribuido significativamente a nuestra comprensión de este ejemplar único. Además, hace 10 años en un concurso se nombró a la Ballena como ‘’Greta’’ en honor a la Dra. Grete Mostny.
La Dra. Mostny, nacida en Linz, Austria, llegó a Chile en 1939 y dedicó gran parte de su vida al estudio y la preservación del patrimonio natural del país. Además de su destacada labor en el Museo Nacional de Historia Natural, fue una reconocida arqueóloga y antropóloga, cuyo legado perdura en la historia de la ciencia en Chile.
La historia de la ballena Greta, como ahora se la conoce, es un testimonio de la importancia de la investigación científica continua y la conservación del patrimonio natural. Su legado perdurará en el Museo Nacional de Historia Natural, recordándonos la riqueza y diversidad de la vida marina y la necesidad de protegerla para las generaciones futuras.